1. Dice Ravasi.
Il Giornale dell’Arte publica un largo artículo del Cardenal Gianfranco Ravassi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura. Después de hacer un repaso a la teología del arte, Ravasi, siempre preocupado por acercar la Iglesia al mundo del arte y especialmente el contemporáneo, desarrolla el concepto de modelo transfigurativo. Éste se da cuando, a través de sus creaciones, el arte consigue “hacer visibles resonancias secretas del texto sagrado, reescribirlo en toda su pureza, haiendo germinar el potencial que la exégesis científica sólo consigue con dificultad y en ocasiones ignora por completo “. Y propone algunos ejemplos:
“Toda la historia, la misión, la figura y la grandeza del Bautista están contenidas en ese poderoso dedo índice que apunta hacia el Crucifijo que Matthias Grünewald ha pintado en el Altar de Isenheim del museo de Colmar. Todo el misterio del acto creativo descrito en el libro del Génesis está en el dedo índice “imperativo” del Creador de Miguel Ángel que despierta a la vida el adormecido dedo índice de Adán. Y toda la redención , verdadera “re-creación” de la vida del publicano Levi ,está en la rememoracion que hace Caravaggio de Miguel Ángel con este dedo índice que Cristo dirige al futuro apóstol Mateo, en el famoso lienzo de San Luis de los Franceses en Roma (…) todo ello no son sólo ilustraciones estéticas sino verdaderos lugares teológicos”.
2. Dice Falomir.
La entrevista a Miguel Falomir, Director del Museo del Prado, en El País, no es un ejemplo de optimismo. De entrada se queja de que el Prado está “infradotado” en los Presupuestos del Estado y que la capacidad de autofinanciarse en un altro grado, demostrada por la institución, le está jugando a la contra. Pero va más allá y declara finiquitada la época de las grandes exposiciones. En palabras suyas :
“Estamos asistiendo al final de un modelo de museo. Ahora las exposiciones son peores de lo que eran en los 80 o en los 90. Las temporales están llegando a su fin porque es difícil hacer aportaciones nuevas de investigación y porque los museos son cada vez más reacios a prestar obra. El modelo está en caída libre. Lo importante tiene que ser la colección permanente. Una de las cosas de las que estoy más orgulloso es que hemos reducido la salida de obras de las 900 a las que se había llegado hasta 400. Hay que tener claro que hay cosas que no se pueden prestar de ninguna manera. Sé que si prestara Las hilanderas conseguiría un dineral, pero no pienso hacerlo”.
3. Dice un servidor.
Ser entrevistado por Estudio del Mueble, la revista de la Asociación con el mismo nombre, es todo un gusto, aunque lamento que no haya un enlace a la entrevista – siempre podeis haceros socios o comprar el número y así ayudarles en su tarea. Me veo obligado por lo tanto a hacer un ejercicio de autocita (que prometo no se va a repetir), pues en efecto, cuando he tenido que hacer una consulta sobre una pintura o un objeto, siempre me he encontrado que “los buenos especialistas son muy generosos a la hora de compartir sus conocimientos”.