Land of the free.
Seguro que al usar imágenes para un artículo o libro de obras que están en museos, habréis acabado pagando unos supuestos derechos de reproducción, por más que el artista en cuestión y sus derechos de autor expirasen hace años. Pero, por fortuna, en un grupo importante de los grandes museos de Estados Unidos la situación ha empezado a cambiar el año pasado, cuando comenzaron a adoptar la Open Access Policy. Desde entonces, estos museos ofrecen la posibilidad de descargar las imágenes de sus amplios bancos digitales libremente, para ser utilizadas incluso con fines comerciales, con la condición que el museo crea que no exista ningún derecho de autor o si, existiendo a su favor, haya renunciado a él. Este es el caso de la inmensa mayoría de las obras de la National Gallery of Art, el Metropolitan Museum, la Getty, el LACMA de Los Angeles. No ds el caso aún del Art Insititute of Chicago.
2013 Barcelona, 2018 Giverny.
A los que os gustó la pionera y excelente exposición Japonismo. La fascinación por el arte japonés, comisariada por Ricard Bru para los Caixafórums de Barcelona y Madrid en 2013, ahora podéis disfrutar de Japonismes / Impressionnismes en el Musée des Impressionismesde Giverny (hasta el 15 de julio), centrada en la influencia japonesa en la obra de Monet y de otros artistas que le secundaron en esta tendencia. La coincidencia de ambos propuestas nos permite soñar en el día que nuestras exposiciones y proyectos museísticos estén orientados hacia una colaboración sistemática con otras instituciones del continente.
Solo faltan cinco.
En la edición de Girona del pasado 28 de abril del diario Punt Avui aparecía la excelente noticia de que el incansable abogado Carles Mascort ha recuperado dos figuras más (Santa Ana y San Cristóbal) de la arqueta de Sant Esteve de Banyoles (labrada entre en 1413 y 1453 en el taller del orfebre gerundense Francesc Artau). Robada y vilmente desmontada por el zaborrero y delirante Erik el Belga en 1980, Mascort fue capaz de conseguir, entre el 2005 y el 2010, la recuperación de la práctica totalidad de la obra de manos de su propietaria holandesa, aunque las primeras negociaciones, a cargo del Ministerio de Cultura, habían comenzado de la peor manera (tal y como explicó en una memorable conferencia en la Fontana d’Or de Girona en el 2015; resumida también en el Punt Avui). Las piezas que ahora ha conseguido provienen de otras fuentes en Bruselas y Londres. Aún quedan por recuperar cinco piezas más.
Fichar promesas.
Este blog no se ocupa normalmente de arte contempóraneo, pero en este artículo aparecido en arnet, que resume el encuentro el New York Times Art Leaders Network (Berlín, 25 y 26 de abril pasados), aparece una idea interesante. Se trata de que la distancia entre las grandes galerías de arte contemporáneo (Taddeus Ropac, Gagosian, etc.) y las pequeñas es cada vez mayor y se corre el riesgo de que la representación de estas ultimas acabe siendo puramente anecdótica. Si esto ocurre, se perdería una de las funciones que éstas tienen y que es de vital importancia: la de promover nuevos artistas justo cuando empiezan su carrera. El problema es que una vez ganan notoriedad a menudo son captados por una de las grandes galerías, sin que su galería originaria pueda hacer mucho por retenerlo. Una de las propuestas que surgió de entre los participantes del encuentro fue incorporar en los contratos de los artistas unas cláusulas de recisión o de “transfer” similares a las que se incluyen en los contratos de deportistas. Parece una idea sugerente.